El nacimiento de la cachorrita

 

Fue un embarazo imprevisto, pero en el fondo deseado, con un bebé de menos de dos años,  las hormonas aún revueltas,  la oxitocina a todo lo que da… quedé embarazada de nuevo. Cuando dimos el anuncio muchos se sorprendieron, pues con una economía en bancarrota y llena de deudas muchos pensaron que no la “armaríamos” hasta yo misma pensé que había sido mala idea, pero ya estábamos de 14 semanas cuando lo confirmamos, no hay vuelta atrás.

Mi madre me dijo que iba a ser niña (todos en mi familia deseaban que fuera niña) y yo por llevarle la contra deseaba un niño para tener “mis dos guaruras”, fue un embarazo un poco más difícil que el primero, más dolorcillos e incomodidades, mi hijo a penas se había soltado a caminar y aún había que cargarlo y yo no quería lastimar al bebé o lastimarme, mi pobre hijo se puso muy chipil, lloraba por todo no me quería soltar  en fin, ambos estábamos muy estresados no sabíamos qué hacer ante esta nueva situación, cómo nos iba a ir con este nuevo bebé. Mi esposo como siempre muy optimista nos decía “todo va a estar bien” aunque creo que ni él estaba seguro de eso.

Cuando nos confirmaron que era niña entré en pánico, me preguntaba si yo sería una buena madre para criar una niña, si yo misma como mujer no me sentía completa ¿cómo criar a otra mujer?

Tenía mucho desanimo, no quería un BABY SHOWER, pero unas amigas lo organizaron y mi suegra organizó uno es su casa, evidentemente era para que su familia asistiera porque no se preocupó por preguntarme si deseaba invitar a alguien y tampoco le importó que por esos días yo me sintiera mal, la niña llevaba varias semanas en posición y estaba bien encajada en el canal de parto, así que me producía malestar y dolor, tan así que ya de nacida le llevó varias semanas que se le quitara la cabeza de huevo.

Mi mamá insistió en venir a cuidarnos unos días, se decía que yo no podía estar sola con el niño porque los segundos partos eran más rápidos y mi marido por miedoso insistió en aceptara que mi madre se quedara, total que mi mamá se tuvo que regresar a su casa justo el día que entré en trabajo de parto, un 12 de diciembre previo a los festejos de la Guadalupana, sin antes haber discutido con mi marido y haberme dado el clásico sermón y de pedirme que me fuera con ellos a su casa, me cuidarían en su casa a su modo, esto es algo que me molesta mucho de mi familia si hacen algo por ti, es  a su modo con sus reglas, como ellos lo desean lo que más me choca es que no he podido hacerme independiente del todo, los necesito y tengo que ceder, además de que mi hijo quiere estar siempre con ellos, tengo que trabajar mucho con la relación que tengo con mi madre  me está bloqueado y me genera conflictos.

Me metieron miedo con sus comentarios de que –el segundo parto es rapidísimo- así que con las molestias me iba al médico y me regresaban y eso me chocaba; en el fondo me decía –no les hagas caso, tú sabrás cuando estés de parto- y así fue, las primeras contracciones empezaron a las nueve de la noche, mi mamá no estaba, mi esposo y yo estábamos viendo una película, espere hasta que las contracciones fueran más fuertes y le dije a mi esposo que fuéramos al hospital, le avisamos a mis padres para que nos vieran en el hospital y se llevaran al niño, yo quería que lo cuidaran en mi casa pero ellos decidieron llevarlo a la suya. Sólo me ingresaron y más o menos en una hora ya estaba completamente dilatada y con ganas de pujar, tal como sucedió en mi parto anterior me puse como loca, no se manejar el dolor, me pongo muy mal, mis respetos para el personal de urgencias ginecológicas del Hospital Regional 1º de Octubre del ISSSTE, por aguantar a esta madre chillona y necia, mis hijos nacieron bien gracias a ellos, la cachorrita nació en un segundo parto rapidísimo a las 4:38 de la madrugada.

Ya siendo madre segundona me sentí más segura, no me quise ir a la casa de mis papás, pedí que me trajeran a mi niño y mi madre se regresó  a su casa porque tenía otro compromiso con uno de mis sobrinos, ninguna de las partes estaba dispuesto a ceder, ellos tenían su compromiso, yo quería estar en mi casa con mis hijos, me dejaron con mi esposo y mis hijos y se los agradezco, pase un mejor post parto, dejé que mi esposo me ayudara pero también me hice la valiente, mi hijo se iría guardería y yo pasaría por él, al mes yo ya andaba en la calle como si nada, mi hija y yo somos unas guerreras, si debí descansar un poco más, ahora lo entiendo, pero nos fue bien.

Mi hija es un sol, tuvo pocos cólicos, dormía mucho, comía bien y en general es de buena salud, mis hijos me ayudan mucho, salvo que son muy berrinchudos (como yo, jajaja) por lo demás no me debo quejar, con ella fue más fácil, la lactancia, el colecho, ahora el destete y hasta la adaptación en la guardería, eso me tranquiliza y a la vez me ayuda a ser mejor mamá.

Me ha tomado 16 meses pero ya no tengo miedo de ser mamá de una niña, he comprendido que a pesar de que en cierta medida será mi reflejo, sin duda, será muy diferente a mí, será lo que ella quiera ser, será feliz y libre, ese es mi objetivo como madre de una niña.

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